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En uno de nuestros blogs más recientes hablábamos sobre qué es un NFT y cómo puede tener un impacto significativo en nuestra propiedad e identidad digital. Si ya entiendes este concepto y te has desprendido de todos los clichés que rodean a esta tecnología innovadora, es momento de aprender cómo se crea realmente un NFT. Tranquilo, no necesitas ningún conocimiento técnico, tan solo las nociones, más básicas que podrás encontrar en el enlace anterior. ¡Vamos a ello!
Imagen: Freepik
Como ya sabrás, un NFT es un identificador en una blockchain. Esto ya nos da mucha información:
· Lo primero que necesitamos es una red blockchain en la que emitir o crear este token, que además esté capacitada para ejecutar contratos inteligentes. En la actualidad, la mayoría de blockchains públicas lo están, siendo la más extendida para esta tecnología la de Ethereum.
· Lo segundo es crear un contrato inteligente, que es aquel que contendrá los identificadores únicos de los NFTs, les aportará funcionalidad y los vinculará con otra información de la blockchain o externa a esta. Esto suena muy complejo, pero la realidad es que la gran mayoría de los NFTs se crean con smart contracts estándar, como el ERC-721, que sirven de “plantilla” para poder emitir estos tokens con poco esfuerzo y con gran seguridad.
Aunque desde un punto de vista técnico nuestro NFT no necesita nada más para existir, es habitual dotarlo de algún elemento gráfico, como una imagen, un nombre o unos atributos; o vincularlo a algún otro tipo de dato o archivo, como puede ser un contrato legal, un certificado o un documento de identidad. Al fin y al cabo, una de las grandes disrupciones de los NFTs es el resultado de asociar este identificador único e inmutable, con documentos o datos que hasta ahora podían replicarse infinitas veces. Para estos casos, existe un elemento más:
· Los metadatos. Si no sabes lo que son los metadatos, estos simplemente son datos que caracterizan o informan sobre otros datos. Por ejemplo, los metadatos de una fotografía pueden ser su fecha de realización, la resolución de la imagen, el tamaño o la persona que la realizó. En los NFTs, es la misma idea, pero los datos están asociados al identificador en la blockchain. Los más habituales son las imágenes y los atributos, aunque en su uso más práctico y potencialmente valioso, pueden ser cualquier cosa, ¡incluso objetos físicos!
Ahora que ya conoces los componentes fundamentales para crear un NFT, te explicamos cómo se crea y cuáles son sus propiedades tecnológicas. Para ello, dividiremos el proceso en 3 partes:
Creación del smart contract
Despliegue en la blockchain
Almacenamiento de los metadatos
El primer paso para crear un NFT (o una colección de estos) es crear un smart contract. Probablemente habrás escuchado que a los NFTs también se les denomina tokens ERC-721, lo cual puede confundir a más de uno. El ERC-721 es el estándar por excelencia de los NFTs, es una manera predefinida y normalizada de crear tokens no fungibles. En nuestro día a día, prácticamente todo funciona con estándares. El acero de las vigas de tu casa, los sistemas de seguridad de tu coche, los enchufes de la pared o de los auriculares de tu móvil, las baterías, los sistemas de climatización, etc. Casi cualquier cosa que puedas imaginar está sujeta a estándares. Es una manera segura y eficiente de desarrollar nuevos productos y servicios sin reinventar la rueda y garantizando la seguridad de las personas.
Aunque nos encontramos en una fase temprana de la tecnología blockchain, en los últimos años han ido apareciendo estándares que han facilitado la labor de desarrollo y la innovación en ámbitos como el de los NFTs. Esto también ha ocurrido con los tokens fungibles, los wallets y otros muchos subconjuntos de la tecnología. En el caso del ERC-721, este se trata de un smart contract (código) que define las normas básicas de funcionamiento de un NFT. Algunas de estas normas son el registro del balance de cada usuario, el address propietario de cada NFT, la cantidad de NFTs en circulación, la transferencia de propiedad de un token o la cesión de derechos a terceros para la gestión de un NFT. Cuando se crea un token ERC-721, indirectamente se garantiza que dicho token cumple con todas estas normas y tiene un comportamiento fundamental idéntico al de cualquier otro token ERC-721.
El código de este estándar ERC-721 es abierto y accesible a cualquiera, de manera que un usuario podría lanzar una nueva colección de NFTs a la blockchain en tan solo 5 minutos, con el conocimiento técnico suficiente. Es en la incorporación de funcionalidad más compleja y en los metadatos del NFT (imágenes, atributos, propiedades, etc.) donde reside el mayor consumo de recursos. Además, el estándar ERC-721 puede extenderse con funcionalidad adicional. Es lo que en términos técnicos se denominan módulos. Esto sería equivalente a ir a un concesionario, elegir un coche de serie (ERC-721) y empezar a añadirle extras (módulos) para que mejoren sus prestaciones, estética y confort. El usuario elige o desarrolla las funciones extra que quiere incorporar a su colección y las implementa en sus smart contracts. Por ejemplo, puede incluir una venta privada, un límite máximo de unidades o un precio de venta de 100€. También podría incorporar la opción de quemar (destruir) los NFTs o introducir una condición para el pago de royalties en caso de reventa.
Es importante entender que, aunque el creador ha incluido nuevas funcionalidades a sus smart contracts, la base de estos sigue siendo el estándar ERC-721. Por tanto, el comportamiento de los NFTs no se altera ni se sustituye, sino que se extiende. Una vez el usuario tiene sus smart contracts preparados, los junta en un único archivo y lo lanza a la blockchain, pagando los gas fees o comisiones correspondientes.
Cuando un usuario despliega o lanza un smart contract a la blockchain, esta le devuelve una dirección o address, similar a la de nuestro wallet. El address de un contrato es la dirección única que ubica o identifica a dicho contrato en la blockchain. Dado que no puede haber dos identificadores iguales, podemos estar seguros de que solo existirá un contrato como este en la blockchain. En el caso de Ethereum, este address comienza por ‘0x…’. Cualquier NFT existe bajo el address del contrato que lo emitió. Si quieres hacer la prueba, te invitamos a entrar en la siguiente página web (https://etherscan.io) e introducir en la barra de búsqueda el siguiente address:
0xBC4CA0EdA7647A8aB7C2061c2E118A18a936f13D
Aquí encontrarás toda la información en tiempo real sobre una de las colecciones de NFTs más reconocidas, como el número de tokens en circulación, los actuales propietarios de cada NFT, transacciones entre usuarios, etc. Como habrás notado, un único identificador nos ha permitido encontrar en una base de datos inmensa y con años de antigüedad, un token y toda su información en tiempo real.
Quizás te hayas percatado de un pequeño detalle y es que el address del contrato de una colección de NFTs únicamente nos da la mitad de la información necesaria para poder identificar cada uno de los tokens. Lo siguiente es poder distinguir un NFT de otro de la misma colección. Para ello, el ERC-721 hace uso del concepto de token ID o identificador del token. Este suele ser un número que se incrementa de forma unitaria y que identifica a cada NFT. Por ejemplo, el primer NFT tendrá token ID igual a 1, el quinto igual a 5 y así hasta el último token existente. En marketplaces como Opensea, podemos encontrar esta información en el apartado de ‘Detalles’, bajo la imagen.
De modo que un NFT es, en términos técnicos, simplemente esto: código en la blockchain identificado por un address y un número que lo distingue de otros del mismo grupo. Entonces, ¿de dónde salen las imágenes?
Si hay algo cierto que puede resultar fácil de olvidar es que el almacenamiento es finito y costoso. Tanto como tu despensa tiene un límite en la capacidad para almacenar artículos de alimentación, cualquier sistema digital (como un ordenador) tiene un límite en la capacidad para almacenar artículos digitales. Esto es tan veraz para ti como para Google. El almacenamiento es finito y cuesta dinero.
Resulta que, en términos generales, la blockchain no es el mejor lugar para almacenar archivos. De hecho, no está diseñada para este propósito. Esto es porque, dado que se trata de una base de datos abierta y compartida en la que cualquiera puede almacenar información, deben existir restricciones claras que impidan que un usuario haga un uso abusivo de esta base de datos. De lo contrario, la blockchain crecería en tamaño de manera drástica hasta ser ingestionable.
La blockchain es perfecta para almacenar información de alto valor y baja dimensión. Por ejemplo, una transacción. Mientras una imagen de calidad media puede pesar entre 100 y 1.000 kilobytes, los datos del emisor y destinatario, la cantidad transferida y otra información relativa a una transacción pueden ocupar alrededor de 1 a 3 kb, es decir, hasta mil veces menos. Esto hace que sea mucho más eficiente y lógico almacenar transacciones o texto y no archivos multimedia. En un blog futuro, te mostraremos cuánto costaría en la práctica subir una imagen a la blockchain y si, en todo caso, sería posible. ¡No podrás creerlo!
Ahora que sabemos que las imágenes de los NFTs no se almacenan en la blockchain, pues esto sería enormemente costoso e insostenible, veamos dónde se almacenan y cómo pueden vincularse a cada NFT del smart contract:
· Servidores centralizados: la primera opción es hacerlo como se ha hecho siempre, en un servidor. El usuario o creador del NFT compra o alquila un servidor y almacena ahí las imágenes. Igual que cuando accedemos a una página web a través de la dirección del servidor donde se encuentra esta (por ejemplo: https://www.archivist.es), las imágenes pueden encontrarse con la dirección del servidor donde se almacenaron.
Esta es una solución sencilla y muy eficiente pero con un claro inconveniente. Dado que el servidor siempre está controlado por una persona o entidad, las imágenes podrían modificarse o eliminarse en cualquier momento. Generalmente, esta práctica no está bien vista en el ecosistema Web 3.0, pues es la antítesis de la descentralización y la transparencia. Existen casos en los que ciertos NFTs, cuyos metadatos (aspecto visual, atributos, etc.) carecen de relevancia y valor, pueden ser gestionados de esta manera.
· Almacenamiento descentralizado: la opción más habitual es utilizar redes descentralizadas de almacenamiento como IPFS o blockchains especializadas en el almacenamiento, como puede ser Arweave. Esto permite que los archivos y datos cargados a la red se almacenen de forma permanente y sin el control de un agente o entidad única, emulando los principios de funcionamiento de la blockchain.
Esta alternativa es la preferida por la gran mayoría, puesto que un NFT constituido mediante esta técnica es verdaderamente descentralizado y no puede ser alterado por nadie, desde ninguna perspectiva. Esto es de suma importancia cuando hablamos de arte digital, pero también cuando un NFT se encuentra vinculado a un contrato firmado o a un certificado de propiedad de un bien inmueble.
Los metadatos son toda información asociada al NFT, de cualquier tipo y formato. Desde imágenes, documentos digitales, atributos, etc. Cuando entramos en Opensea y seleccionamos un NFT, podemos ver su imagen, su nombre, una descripción y propiedades. Esto puede parecer de poco valor cuando nos fijamos en colecciones PFP (profile pictures o imágenes de perfil), que suelen consistir en imágenes generadas aleatoriamente por algoritmos. Sin embargo, son estas mismas propiedades las que pueden marcar un ticket NFT como válido, usado o caducado, las que pueden vincular un NFT con un contrato físico de alquiler con validez legal o las que pueden otorgar a ciertos NFTs ventajas o propiedades exclusivas sobre otros de una misma colección.
Los metadatos del NFT, que existen fuera de la blockchain, son de suma importancia porque no solo permiten otorgar escasez a cualquier archivo, documento o dato existente, sino que además crean un puente entre la blockchain y otros activos digitales o físicos. Para vincular estos archivos al NFT, a cada token ID dentro de nuestro smart contract se le asigna una dirección única donde se encuentra dicho archivo en la web. A esta dirección se le denomina URI (Identificador de Recursos Uniforme), que es una forma más genérica de denotar las URL que conocemos todos. Pongamos un ejemplo que ilustre esto último:
Tu empresa TokenizaTuActivo ha emitido 100 NFTs para sus clientes preferentes. Para otorgarles un carácter tangible y validez legal, estos NFTs estarán asociados a un contrato digital único asociado al wallet de cada cliente. Dado que es un primer piloto, has decidido que los contratos digitales se almacenarán en un servidor de tu propia empresa, cuya dirección es la siguiente: https://www.tokeniza-tu-activo.com/contratos. Al emitir 100 NFTs, los token IDs de tu smart contract irán del 1 al 100. Entonces, para vincular cada uno de ellos a su respectivo contrato digital, tu smart contract asignará a cada token ID su dirección específica del documento, tal que así:
· Token ID = 1 https://www.tokeniza-tu-activo.com/contratos/1.pdf
· Token ID = 2 https://www.tokeniza-tu-activo.com/contratos/2.pdf
· Token ID = … https://www.tokeniza-tu-activo.com/contratos/... .pdf
· Token ID = 100 https://www.tokeniza-tu-activo.com/contratos/100.pdf
De esta manera, cuando enviemos una solicitud al smart contract para visualizar los metadatos (el contrato digital, en este caso) del NFT, este nos devolverá su dirección única y podremos acceder a él directamente desde cualquier buscador.
Esperamos que hayas comprendido bien el proceso de creación de un NFT. A modo de síntesis, aquí van los puntos fundamentales con los que ya sabrás más que la gran mayoría:
1. Un NFT es algo tan simple como un número inscrito en una blockchain.
2. Un NFT es la primera tecnología que te permite ser propietario único de un bien o activo digital.
3. Un NFT NO es una imagen ni ningún otro tipo de archivo multimedia. Estos últimos son, en caso de existir, los metadatos.
4. Las imágenes y otros metadatos NO se almacenan en la blockchain, por razones de costes.
5. El valor de un NFT se halla en su carácter digital único y la posibilidad de vincularlo a cualquier bien digital o físico, no en su apariencia visual.
Para completar tu conocimiento en esta tecnología, aquí van algunos conceptos populares asociados a los NFTs.
Si has indagado algo más en el mundo de los NFTs, habrás escuchado probablemente la palabra minting. Esta palabra inglesa significa, literalmente, “acuñación”, que suele usarse para hacer referencia a la fabricación de monedas. En términos de un NFT, el minting es precisamente la creación de dicho token. Dado que un NFT es un identificador digital, su creación es el paso instantáneo de la inexistencia a la existencia. No se trata de un proceso, sino que es un evento inmediato.
Durante el famoso boom de los NFTs en el año 2021, “mintear” NFTs era una de las principales actividades de los especuladores. Los creadores de colecciones usaban (y siguen usando) imágenes aleatorias con atributos de rareza, que hacían de la actividad del mint un juego de azar en el que el comprador paga con la expectativa de “mintear” un NFT con atributos especiales, el cual después podría revenderse por mucho más valor en un mercado secundario como Opensea. Esta práctica, que recuerda muy de cerca a la Crisis de los Tulipanes del s. XVII, ha perdido buena parte de su impulso en pro de casos de uso mucho más pragmáticos y fundamentados.
Los creadores de arte digital, las comunidades orientadas a propósitos claros, las DAOs, las personalidades influyentes o las empresas que quieren reforzar su vínculo con seguidores y clientes pueden encontrar grandes ventajas en la emisión de sus propios NFTs. En Archivist ofrecemos las llamadas minting apps, webs adaptadas a un proyecto donde se pueden visualizar y gestionar los NFTs, venderlos al público, realizar configuraciones sobre el smart contract (precio de venta, límite de emisión, apertura y cierre de venta, etc.), crear listas de preventa exclusivas (whitelists) etc. de manera sencilla e intuitiva. Las minting apps son el primer punto de venta de los NFTs, donde los usuarios literalmente crean o acuñan los tokens por primera vez y adquieren propiedad sobre ellos.
El último elemento fundamental en el ecosistema NFT son los marketplaces. Un marketplace de NFTs no es muy distinto de un e-commerce como eBay o Amazon. La diferencia es que, en lugar de comprar y vender bienes físicos, se comercian activos digitales. Opensea es el marketplace de NFTs por excelencia, habiendo ampliado su abanico de blockchains, desde únicamente Ethereum, hasta llegar a un total de ocho, incluyendo Solana, Binance Smart Chain, Avalanche o Polygon, entre otras.
Un marketplace de NFTs es simplemente una interfaz de usuario (generalmente web), que se comunica con los smart contracts para transferir la propiedad de un NFT entre un comprador y un vendedor. Cuando un usuario realiza una orden de compra, el marketplace envía una instrucción al smart contract para que transfiera la propiedad del token. Esto, por supuesto, si el comprador paga el precio establecido. En la práctica, un marketplace requiere algo más de sofisticación para ofrecer una experiencia de usuario agradable y eficiente pero, en esencia, es una aplicación que conecta con los smart contracts e incorpora funcionalidad de compraventa de los tokens.
Archivist también ofrece marketplaces adaptados que pueden integrarse con cualquier página web y ofrecer una experiencia de calidad a los usuarios. Este marketplace permite al propietario disponer de un verdadero e-commerce de activos digitales, pudiendo recibir royalties de por vida sobre las reventas de los NFTs y ofreciendo a cualquier usuario la posibilidad de visualizar, comprar y vender tokens.
Conclusión
Los NFTs son una tecnología altamente innovadora que introduce el concepto de escasez y exclusividad en el ámbito digital. Si bien solo hemos visto los primeros casos de uso, la aplicación de los NFTs se está asentando en diversas industrias y demostrando que los animales de colores son solo la punta del iceberg en una nueva tendencia de activos digitales altamente eficientes y líquidos.
Si quieres lanzar tu propia colección de NFTs, marketplace o minting app de forma totalmente personalizada, ¡te dejamos un link a nuestra herramienta de creación! Crea tu NFT. Si necesitas ayuda para entender cualquier idea o concepto, no dudes en contactar con nosotros. Déjanos un comentario mencionando cuál crees que es el caso de uso de los NFTs con el mayor potencial.
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