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Bitcoin lleva tiempo siendo víctima del escepticismo que provoca todo cambio tecnológico y paradigmático en el ámbito sociopolítico debido, entre otras cosas, al crecimiento en el valor que ha experimentado a lo largo del tiempo. Muchas personas lo califican como un “activo burbuja” que muy pronto explotará hasta caer en picado y reducir su valor a cero, pero la realidad es que llevamos más de una década viéndolo crecer.
Nos pondremos manos a la obra para analizar y argumentar de manera irrefutable y definitiva por qué es prácticamente imposible que Bitcoin se vaya a cero. ¡Empezamos!
Imagen: Freepik
Surge de una necesidad
No entraremos en detalle sobre la historia de Bitcoin, pero es importante recalcar algunos aspectos ideológicos y económicos que han convertido a esta tecnología en imparable. Todo empezó en 2008 con la quiebra de grandes bancos como el Lehman Brothers tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Un usuario, bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto (desconocido quién es a día de hoy), escribió un documento que proponía una red peer-to-peer (entre usuarios), en la cual el dinero electrónico podía pasar de una persona a otra sin la necesidad de intermediarios, de manera descentralizada y segura.
Sistema actual
Aunque no lo creas, casi todos los años quiebra algún banco en los Estados Unidos. En lo que llevamos de año 2023 (solo apenas 5 meses) han quebrado ya el Silicon Valley Bank (California), el Signature Bank (Nueva York) y el First Republic (San Francisco). Por eso, somos muchos los que nos preguntamos, ¿está mi dinero seguro en el banco? “A raíz de esta pregunta, en nuestro proceso de retroalimentación cognitiva, empezamos a hacernos otras como “¿Por qué debo dejar mi dinero en el banco? ¿No hay otra alternativa?”. Hoy en día hay muchas alternativas, como la banca en la sombra o banca de inversión que, aunque no dejen abrir un depósito bancario tradicional, puede ofrecer productos de inversión muy atractivos para el cliente. Además, la banca comercial no es la única institución financiera de intermediación que ofrece depósitos bancarios. Podemos encontrar otras como las cooperativas de crédito o bancos online, cada una ofreciendo productos financieros y condiciones diferentes. Aun así, todas las mencionadas tienen un único punto de fallo: si quiebran, ¿a dónde va tu dinero?
Algunos empezarán a pensar en el Fondo de Garantía de Depósitos en el cual, los depositantes podrían llegar a rescatar parte de sus fondos. La realidad es que, si tienes más de 100.000 euros en depósitos, solo podrás llegar a percibir hasta 100.000 euros, perdiendo de esta manera la cantidad restante. Podrías llegar a diversificar el riesgo depositando en otros bancos y tener 40 tarjetas bancarias esperando a que, si no se produce un colapso en cadena como en de 2008, puedas recuperar la mayor parte de tu dinero, pero ¿para qué le vas a dar tantas vueltas?
Necesidades que cubre Bitcoin
Esta moneda se creó precisamente para esto. Surge, entre otras cosas, de la necesidad del depositante de no tener que depender de un intermediario para poder mantener sus ahorros de forma segura. Con Bitcoin se sabe que el sistema no puede quebrar (analizaremos más adelante otros aspectos que validan esta idea) y que el dinero que se deposita está garantizado. Hay algunos que pueden argumentar que este dinero no está garantizado debido a la volatilidad del activo. La realidad es que, sin contar con que la tasa de inflación suele rondar el 1-2% en España (este último año 2022 ha sido del 9,6% en la eurozona), hay países como Argentina cuya tasa de inflación en 2022 ha sido del 94,8%. Nos encontramos pues, en un sistema inflacionario que hace que el valor de tu dinero se devalúe y que tampoco esté garantizado.
Bitcoin propone un sistema monetario alternativo en el cual, cada vez se producen menos unidades de la moneda. Este sistema deflacionario, cuya oferta está limitada a 21 millones de unidades o BTCs que se van emitiendo de manera progresiva, hace que la oferta se vuelva más escasa, por lo tanto, la moneda aumenta en valor a medida que nuevas personas entran en la red. Así pues, las personas que quieran salir del sistema tradicional pueden encontrar otra alternativa, que hasta ahora no ha hecho más que generar valor a los tenedores a largo plazo.
También existe una ineficiencia tecnológica en el sistema tradicional y hace que aumente el valor de las comisiones en las transacciones de cualquier tipo de activo financiero. Esta ineficiencia la explicamos en la parte de finanzas de casos de uso y esto también se soluciona debido a las características que ofrece la blockchain, por lo tanto, cubre otra necesidad que hasta día de hoy no estaba cubierta.
Como hemos mencionado anteriormente, no solo hay que recalcar el aspecto económico sino también el ideológico. Cuando depositas dinero en un banco, le estás proporcionando una liquidez y, aunque hoy en día está regulado bajo un marco establecido en Basilea III, este puede realizar operaciones a su favor sin solicitarte autorización. No solo le estás proporcionando liquidez, sino que, además, en muchos casos, te cobran por ello en concepto de comisiones por depósito. Pero esto no es todo y, aunque no sea tan habitual, pueden congelarte la cuenta bancaria para que no hagas o recibas transacciones. Esto ha pasado en países como Canadá donde congelaron las cuentas de camioneros que se manifestaron contra el gobierno, o China donde lo han hecho en numerables ocasiones, pero seguro que más de uno leyendo este artículo ha tenido alguna vez problemas con su banco para realizar o recibir transacciones. Por último y no menos importante, Bitcoin está abierto 24h para hacer y recibir transacciones de la cantidad que desees (la banca online está limitada a una cantidad) con carácter prácticamente instantáneo. Ya no tienes que pedir permiso cada vez que quieras realizar transacciones con TU dinero a cualquier parte del mundo.
No surge de las instituciones
Uno de los argumentos más extendidos es que Bitcoin se va a ir a cero en cuanto las instituciones empiecen a vender. La realidad es que no surgió de las instituciones. Si echamos la vista atrás, los primeros holders de Bitcoin fueron individuos apasionados por la tecnología que veían gran potencial en el problema que solucionaba la idea de Satoshi. Con esto, lo que se quiere recalcar es que siempre va a haber entusiastas de esta tecnología dado que, ya compraban Bitcoin cuando este no valía nada. Además, cada año que pasa son más los que conocen, investigan y entienden el potencial que tiene, por tanto, son cada vez más los que no estarían dispuestos a vender en ningún momento del tiempo.
Este gráfico muestra el circulante inmóvil en tiempos superiores a un año. Podemos observar que alrededor de un 65% del circulante de BTC no se ha movido en más de un año de una misma cartera. Además, podemos observar una tendencia creciente en el porcentaje de oferta que cada año permanece inmóvil en un intervalo mayor a un año.
Este segundo gráfico es de suma importancia. Es el Circulante Ilíquido de BTC. Este considera todo el circulante que no se puede comprar ni vender (no está en exchanges), además de los 2-3 millones de BTC que están perdidos para siempre. Actualmente el 78% del circulante no se puede comprar ni vender. Si continuamos con esta tasa de crecimiento, en menos de 10 años se podría llegar a un 90-95%. Esto significa que solamente se podría comerciar entre un 5-10%, provocando un aumento significativo en su precio.
Aun así, si omitimos este último argumento y nos centramos en la adopción de Bitcoin por parte de las instituciones, podemos asegurar que cada vez son más las empresas que aceptan este como medio de cambio. Sin contar con que un país entero como El Salvador lo ha adoptado como moneda de curso legal y que algunos estados en Estados Unidos y países como Japón o Suiza (pueden pagar hasta 100.000 francos suizos en Bitcoin sin tener que pagar IVA) la han reconocido como una forma de pago legítima, han entrado muchas empresas privadas aceptándola como medio de cambio, en las que podemos encontrar: Burger King, Subway, Twitch, Microsoft, KFC…
No se puede comprar ni hackear el sistema
Antes de entrar en especificaciones más técnicas para entender por qué no se puede hackear intentaremos primero saber, por qué no se puede comprar. Hay muchas personas que pueden pensar, “si esta nueva tecnología está compitiendo con los bancos, puede que llegue un banco y compre todo los Bitcoins que existen y luego tire el sistema”. Sin embargo, aunque se juntasen los mayores bancos del planeta no podrían tirar Bitcoin por dos razones:
1. No existe ningún incentivo en tirar la red de Bitcoin. A día de hoy es tan grande que para comprar al menos un 51% de Bitcoin se tendría que invertir muchos recursos a sabiendas de que luego van a perderlo.
2. Aunque se comprase todo el Bitcoin, realmente no tendría ningún control sobre el sistema. Para tener este control tendría que comprar el 51% de la red, es decir, tendría que comprar o acumular más de la mitad de validadores o la mitad del poder computacional de la red de Bitcoin. Para poder comprar los validadores de Bitcoin tendrías que comprar tanto fabricas enteras distribuidas por todo el mundo que se dedican exclusivamente a la minería, como particulares que también se encuentran en diferentes puntos del planeta y que estos estuviesen dispuestos a venderlo. Otra estrategia sería que comprasen ellos mismos los dispositivos de minado e invirtiesen en plantas para poder correr los validadores, pero, como hemos analizado, sería invertir demasiados recursos para acabar perdiéndolo todo. Además, los accionistas y propietarios de estos bancos tendrían que ponerse de acuerdo y votar para hacer este desembolso, algo que sería muy poco probable sabiendo que no querrían perder dinero al corto plazo y no tendrían garantizado el éxito aún haciéndolo.
Llegados a este punto entenderemos también que, para poder tener el control de la red de Bitcoin se tendría que hackear el 51% del poder computacional (ordenadores, plantas, pools…) alrededor del mundo dado que, al ser un sistema distribuido, la generación de bloques se encuentra en diferentes máquinas esparcidas por todo el planeta. Por lo tanto, si a alguien le diese por hackear el sistema, le saldría más rentable intentar hackear un banco comercial que la red de Bitcoin dado que, es muy difícil por no decir imposible.
Otra de las grandes virtudes del diseño de Bitcoin es su extraordinaria teoría de juegos, que da lugar a una alineación de incentivos prácticamente perfecta entre los agentes. En primer lugar, cualquier minero está desincentivado a generar bloques falsos o manipular transacciones, pues la propia tecnología hace que este acto sea fácilmente detectable por el resto de la red y que dicho minero pierda tanto la recompensa de su bloque, como los recursos invertidos. Los usuarios se están beneficiando del sistema de múltiples formas como hemos visto a lo largo del artículo y veremos más adelante. Por último, los que entran como inversores tienen grandes oportunidades dentro del ecosistema de las finanzas descentralizadas con otro tipo de marco económico.
No se puede prohibir
Entramos en un punto con mucha controversia. En los telediarios hemos escuchado que China ha prohibido Bitcoin por lo menos 30 veces. Y la realidad es que, pueden prohibir la tecnología 100 veces más que el resultado seguirá siendo el mismo: Bitcoin sigue funcionando. La respuesta al por qué sigue funcionando es sencilla “¿Cómo prohíbes Internet?” Si alguno sabe contestar a esa pregunta, probablemente tenga la solución a cómo prohibir Bitcoin, pero la realidad es que no es posible. Hay un escenario técnico y otro ideológico para explicar la imposibilidad del baneo de la tecnología:
- Técnico: del mismo modo que internet, Bitcoin es un protocolo distribuido a lo largo de múltiples máquinas. Puede un país prohibirlo, aunque sería muy difícil, ya que debería tener el control de todos los ordenadores del territorio. Si pensamos en un gobierno extremadamente autoritario que es capaz de controlar y prohibir a sus ciudadanos el uso de una tecnología, también encontramos, por otra parte, muchos otros países que tendrán que seguir los pasos de este último. Esto nos introduce a un nuevo escenario ideológico que presentaremos a continuación.
- Ideológico: Ahora tenemos que pensar en la dificultad de que, gobiernos en países con regímenes liberales en los cuales se refleja de manera constitucional los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, puedan llegar a prohibir una tecnología que da soberanía y autonomía al individuo. Probablemente tendrían que cambiar muchas leyes y normas constitucionales, para poder llevar a cabo esto de forma legítima. Por lo tanto, se entraría en un debate político y social que haría prácticamente imposible que los gobernadores instauraran leyes para la prohibición de la red. Además, incluso prohibiéndolo las personas podrían seguir teniendo acceso a la tecnología. En países como China, tienen prohibido el uso de algunas aplicaciones como Facebook o Google y aun así muchos ciudadanos de dentro del territorio pueden acceder a través de una VPN.
¿No es reserva de valor…?
Si el anterior punto era controvertido, este lo es aún más. Muchas personas argumentan que Bitcoin no es una reserva de valor porque no está respaldado por nada. Se les puede explicar que el patrón oro terminó hace décadas y que el dinero actual está únicamente respaldado por las políticas monetarias que realizan los gobiernos y, como es normal, estos se fían del estudio y la opinión de los gobernantes. Aquí es donde se plantea el mejor argumento de por qué esta moneda digital puede ser una reserva de valor igual que el oro o el dinero que dispones en tu bolsillo: la abstracción de valor.
El valor del dinero
El valor del dinero es abstracto. A lo largo del tiempo hemos ido vinculando el valor de las monedas en base a diferentes criterios:
1. Valor intrínseco: En el pasado, las monedas de oro y plata solían tener un valor intrínseco basado en el peso y la pureza de los metales preciosos que contenían. Esto significa que su valor se basaba en la cantidad de oro o plata que contenían en sí mismas.
2. Valor fiduciario: En la actualidad, la mayoría de las monedas tienen valor fiduciario, lo que significa que su valor está respaldado por la confianza que la gente tiene en el sistema monetario y en la estabilidad económica del país emisor de la moneda. En otras palabras, el valor de una moneda se basa en la confianza que se tiene en el gobierno que la emite y en la economía del país.
3. Demanda de mercado: El valor de las monedas y el oro también puede ser influenciado por la oferta y la demanda del mercado. Por ejemplo, si hay una alta demanda de oro, su valor puede aumentar, y si hay una baja demanda, su valor puede disminuir. Esto ocurre también con las divisas, siendo la más potente aquella que más alcance tiene en todo el mundo.
4. Escasez: La escasez de una moneda o de oro también puede influir en su valor. Si hay una cantidad limitada de una moneda o de oro disponible, su valor puede aumentar debido a su rareza y demanda. Esto es lo contrario de lo que los Gobiernos logran con las políticas monetarias expansivas, tan populares en la actualidad, inundando las divisas con nuevas unidades y destruyendo su valor.
Abstracción de valor
Por eso, cualquier moneda a la que asociemos valor tiene que cumplir con estos criterios. El oro cumple con todos ellos, pero por ejemplo la moneda fiat no cumple con la escasez y el valor intrínseco. Al final, es imposible que tenga escasez una moneda que se emite cada vez más todos los años y tampoco valor intrínseco, ya que el papel de la moneda cuesta mucho menos que el valor que se asocia a este. Entonces, si la moneda actual no cumple con estos criterios, ¿Por qué la utilizamos? Aquí es donde interviene la abstracción de valor.
Como definición, la abstracción de valor es un concepto que se utiliza en la teoría económica y en la filosofía para referirse al proceso mediante el cual se separa el valor de un bien o servicio de sus características físicas o materiales. En otras palabras, la abstracción de valor implica considerar el valor de un bien o servicio como algo abstracto, separado de las cualidades materiales que lo componen.
Por ejemplo, el valor de una botella de agua puede ser abstraído de sus características físicas, como su tamaño, forma, material y peso. En lugar de considerar estas cualidades, se puede evaluar el valor de la botella de agua en función de su capacidad para satisfacer una necesidad o deseo humano, como la sed. Entonces, después de 5 días en el desierto sin beber que preferirías, ¿un cheque de 100 millones de euros o media botella de agua?
La abstracción de valor en el caso de la moneda fiduciaria se produce porque el valor de la moneda se basa en factores abstractos como la confianza en el sistema monetario y la economía del país emisor, en lugar de estar respaldado por un valor intrínseco o material. Podemos concluir diciendo que la moneda actual tiene únicamente el valor que le hemos otorgado.
Es cierto, que a Bitcoin a día de hoy no se le ha otorgado aún el valor fiduciario que le correspondería para ser mundialmente aceptado, pero es que su valor cumple con el resto de los requisitos que hemos visto. Se necesita una fuerza de trabajo (proof of work) para extraerse cumpliendo así con el valor intrínseco. Es escaso; solo 21 millones y además ha generado ya mucha demanda; llegó a tener un market cap de 1 trillón de dólares, moviendo en transacciones un total de 8,2 Trillones de dólares frente a 6 Trillones de Visa y 2,5 Trillones de Mastercard, además de ser utilizado mundialmente. Como hemos visto, es cuestión de tiempo que esta moneda sea cada vez más aceptada por la sociedad donde los gobiernos no tendrán, sino que aceptar la moneda.
Bitcoin como reserva de valor
Ya conociendo el valor de Bitcoin, se puede debatir si puede ser una reserva de valor o no. Hemos visto que puede serlo por muchas razones, entre ellas, escapar del sistema monetario tradicional. Hay algunos que argumentan que Bitcoin no puede ser una reserva de valor porque es muy volátil. Es cierto que a día de hoy lo es y la reserva de valor tendría más sentido en el largo plazo ya que desde que se creó no ha dejado de revalorizarse. Aun así, no sabemos cómo fue la volatilidad de activos como el oro en sus inicios, si también fluctuaba de manera diaria, y aun así a día de hoy lo aceptamos como reserva de valor. Además, el oro también es volátil, pudiendo subir y bajar hasta un 70%. Damos por hecho que Bitcoin no puede ser una reserva de valor, pero la reserva de valor más aceptada a nivel mundial también tiene volatilidad.
Este gráfico muestra el precio del oro a lo largo del tiempo desde que existe registro. Es importante recalcar que al no tener registro desde sus inicios no podemos determinar, como con Bitcoin, la volatilidad que tenía al comienzo. Lo que se puede afirmar analizando la gráfica es que, este activo aceptado como medio de cambio durante miles de años, ha llegado a tener puntos de volatilidad de hasta un 70% desde el momento en el que se empezó a medir y, aun así, se sigue aceptando como reserva de valor.
Es por eso por lo que, sabiendo que el mundo se está moviendo cada vez más a un ámbito digital y que extraer y comerciar con el oro es altamente ineficiente, Bitcoin puede ser la solución para tener una reserva de valor digital. Además, este activo ya ha superado una serie de retos para acabar imponiéndose como el oro digital.
Conclusión
Podemos concluir afirmando que es muy poco probable que Bitcoin se vaya a cero. Tendrían que ocurrir eventos prácticamente imposibles para que el valor de la moneda se devaluase en esa magnitud. Además, nos encontramos en un mundo cada vez más digitalizado, donde buscamos activos tecnológicos que cubran las prestaciones de los activos físicos de una manera más eficiente y autónoma. Por eso, no solo es prácticamente imposible que Bitcoin se vaya a cero, sino que es altamente probable que se convierta en el futuro de la economía integrando un sistema monetario universal donde podrás intercambiar donde quieras, con quien quieras y cuando quieras.
¡Deja tu opinión para saber qué opinas tú sobre Bitcoin y la posibilidad de que este se vaya a cero!
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