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Los NFTs parecen separar como una muralla a dos grandes grupos de personas: aquellas que no han escuchado esta palabra jamás y aquellas que la utilizan o escuchan casi a diario. Del mismo modo, mientras las primeras escuchan cosas como “se vende la imagen de un mono multicolor por varios millones de dólares” o “la fiebre de los JPEG”, las segundas, en su gran mayoría, han comenzado a vislumbrar cómo esta tecnología puede suponer un cambio drástico de paradigma en el concepto de propiedad.
Seas del primer grupo o del segundo, quédate, te vamos a explicar qué es un NFT conceptualmente, las tecnologías que utiliza y por qué pueden alcanzar tanto valor. Además, descubrirás algunas de las ideas erróneas más habituales que hasta algunos “expertos” desconocen. ¡Vamos allá!
Imagen: Freepik
El concepto de token no fungible (NFT)
Un NFT, por sus siglas en inglés Non Fungible Token (token no fungible), es simplemente un identificador en una blockchain. Quédate con esto. Un identificador puede ser un código alfanumérico como tu DNI, un código de barras, un QR, etc. Cualquier cosa que pueda ser reconocida como única y distinguible de otras similares. Si eres usuario de la Web 3.0 y has utilizado alguna vez un wallet como Metamask, sabrás que tu address es tu identificador en la blockchain. Es único y exclusivo. Con esto, ya sabes más que la gran mayoría: un NFT es simplemente un identificador en una blockchain.
¿Por qué en una blockchain?
Si un NFT es un identificador, como lo son los códigos QR o las direcciones de email, entonces, ¿cuál es la novedad y qué beneficio hay respecto de lo que ya existía? La respuesta está en la segunda parte de la definición: “… en una blockchain”. La blockchain es la infraestructura digital que permite que un identificador (como el address de tu wallet o un NFT) exista de manera segura en un entorno digital abierto y descentralizado. Es lo que garantiza que, aunque pueda ser visible al público, solo exista un propietario del identificador. De esta manera, por primera vez, se introduce el concepto de escasez digital, que quiere decir que un ítem digital puede ser único e irreproducible. Para que quede más claro, veamos un ejemplo de cómo este problema nos afectaba antes de la llegada de los NFTs.
Si has ido a un concierto o evento deportivo alguna vez, habrás comprado tu ticket a través de alguna plataforma online y recibido un correo electrónico con un PDF. Este PDF, tu entrada, suele tener un código, ya sea de barras, QR, etc. Al llegar al recinto, un acomodador escanea tu entrada y se te concede el acceso. Puede que todo fluya sin problemas para ti, pero la realidad es que, detrás de esto, hay una gran cantidad de riesgos.
Una misma entrada (que ha podido costar varios cientos de euros) puede reproducirse infinitamente, sin posibilidad alguna de identificar la original. Solo necesitas 3 teclas de tu teclado y el archivo se copia y se pega sin dejar rastro. Algo no funciona bien. Peor aún, si compraste el ticket en reventa, el mismo PDF que te enviaron lo pudo usar antes el vendedor, quedándose con tu dinero y también con tu entrada. O haberlo vendido 10 veces. Los tickets son uno de los claros reflejos de la vulnerabilidad de la Web 2.0, la incapacidad para garantizar la escasez de los bienes digitales. El resultado es que el fraude en la industria de los eventos es un problema multibillonario que afecta a artistas y equipos de la más alta categoría y a sus fans, generando además continuos conflictos legales contra las compañías proveedoras de tickets.
Existen infinidad de ejemplos en los que este defecto de la Web 2.0 puede tener terribles consecuencias, como la falsificación de títulos, certificados, documentos de identidad, contratos, etc. Puedes encontrar muchos de estos casos explicados en detalle en nuestro post sobre la identidad digital basada en blockchain.
¿Qué pasa si hago un “copia y pega”?
Esta es la pregunta más habitual que sigue a la explicación de un NFT. Ya sea que el identificador del que hablamos está vinculado a un ticket, una pieza de arte digital, un contrato o un documento de identidad, ¿qué evita que haga un recorte o captura de esto y lo pueda manipular o alegar su propiedad? Si bien el ejemplo de los tickets es solo uno de los muchos que podemos encontrar, disponer de un identificador en la blockchain garantiza que:
1. El identificador es único e irreproducible.
2. La propiedad del identificador está asociada a un único propietario o a un grupo definido.
3. El origen e historial de transmisiones del identificador son transparentes e inmutables.
Si intentases realizar una copia de un identificador en la blockchain, las tres propiedades anteriores demostrarían de inmediato la falsedad de dicha réplica:
1. Dado que el identificador original es único y fácilmente verificable, la réplica puede detectarse con facilidad.
2. Dado que solo un propietario o grupo de propietarios tienen acceso al original, pueden demostrar dicha propiedad fácilmente.
3. Dado que existe un registro transparente e inmutable del historial de transacciones de todo identificador, se puede comprobar que la réplica no procede de una fuente legítima y distinguirse claramente del original.
El concepto de copia o falsificación es técnicamente imposible en una blockchain, pues no existen dos identificadores iguales, como tampoco la posibilidad de manipular su origen, instante de emisión o propiedades. Esto hace de la Web 3.0 una gran evolución con respecto a su versión previa, permitiendo a cada usuario tener verdadera propiedad de sus activos, datos y cualquier otro bien digital, con absolutas garantías.
Un NFT no es una imagen
Lo primero que puede que venga a tu mente al hablar de NFTs, son imágenes. Ya sean dibujos de rostros pixelados, gatos de colores o monos con cara de aburrimiento. Una de las creencias más erróneas sobre los NFTs es que son imágenes. Esto no solo no es cierto, sino que tampoco son vídeos, ni archivos de audio ni nada por el estilo. De hecho, como veremos en futuros blogs, las imágenes que aparecen en aplicaciones como Opensea o las fotos de perfil de algunas personas influyentes que han adquirido NFTs por valor de millones, como aquellos de las colecciones de CryptoPunks o Bored Ape Yacht Club, ni siquiera existen en la blockchain.
Un NFT, igual que un DNI o un título universitario, existen independientemente de su forma física. Si pierdes tu DNI físico, no pierdes tu identidad. Si pierdes tu título de grado en medicina, no pierdes tu profesión ni tu conocimiento. Existe un valor intrínseco a estos identificadores únicos que, con más o menos dificultad, puedes llegar a demostrar. Del mismo modo, un NFT es un identificador cuya capacidad para verificarse es óptima y que, independientemente de la forma física que se le atribuya (imagen, texto, código, audio, etc.), existe como único.
¿Para qué podríamos utilizar los NFTs?
Existe una infinidad de casos de uso de los NFTs, algunos de los cuales han sido mencionados en secciones anteriores. Toda actividad en la que exista valor en poder demostrar la veracidad de algo, puede beneficiarse enormemente del uso de NFTs. Algunos ejemplos claros de esto son los tickets a eventos, los documentos de identidad, los títulos o certificaciones académicas/profesionales, los certificados de propiedad de bienes como inmuebles, vehículos, etc.; los dominios web, las membresías a clubes y comunidades, etc.
También existe un beneficio muy superior en el uso de esta tecnología para bienes digitales que deban ser comerciables, como es el ejemplo del arte digital y los coleccionables; los tokens representativos de instrumentos financieros, como las participaciones de una sociedad; los ítems u objetos de un videojuego o los derechos sobre algún activo, como puede un contrato de arrendamiento o los derechos de autor de un libro.
Convertir estos bienes a NFTs implica garantizar la propiedad de estos a sus propietarios legítimos, otorgándoles absoluto control sobre los mismos, a la vez que se conserva la transparencia y la capacidad para hacer un seguimiento de su actividad. Además de esto y sumamente importante es el incremento en la eficiencia introducido por la desintermediación y la automatización. La blockchain permite llevar a cabo todos estos beneficios sin la necesidad de un agente intermediario, gracias a los smart contracts. Esto resulta en que la verificación y/o transmisión de un bien o un derecho que antes podía llevar días o incluso semanas, pueda lograrse en segundos.
Los NFTs hoy
Como en toda tecnología innovadora, los NFTs han experimentado el clásico Ciclo de Gartner, en el que el primer contacto de las personas con esta novedad genera un pico de expectativas y la sociedad se polariza. Mientras un grupo de usuarios se lanza de lleno y, a veces, sin criterio, el otro se muestra escéptico y crítico. Surgen conflictos y estafas que se aprovechan de la ignorancia y la avaricia de las personas y los reguladores se ven obligados a intervenir. Esto es un reto que toda tecnología disruptora afronta y la blockchain y los NFTs no son excepciones.
La tecnología entra después en una fase de desilusión y pérdida de confianza, donde reina el silencio y parece no quedar rastro de ella. Esta es, sin embargo, la fase más importante de todas, pues es donde se forjan las empresas, aplicaciones y casos de uso que en el futuro marcarán la gran diferencia. Es en el trabajo constante, la confianza y la demostración práctica de unos pocos donde la tecnología se apoya para lograr su inflexión hacia una fase de crecimiento sostenido y consolidación. Así es como la gran mayoría de grandes empresas tecnológicas de hoy han alcanzado su prestigio.
Los NFTs se hallan en este punto de inflexión, en el que la calidad de los productos y los casos reales de uso toman una seria relevancia y empiezan a poner rumbo hacia una adopción en masa. Un NFT no es una imagen, ni es necesariamente objeto de inversión, aunque puedan utilizarse para estos fines. Un NFT es un activo digital único con totales garantías sobre su propietario. En un mundo cuya digitalización avanza a un ritmo de vértigo, introducir la escasez digital, la propiedad de bienes y activos digitales, la trazabilidad y la comerciabilidad, es verdaderamente disruptivo.
Conclusión
Los NFTs son una tecnología altamente innovadora que introduce el concepto de escasez y exclusividad en el ámbito digital. Si bien solo hemos visto los primeros casos de uso, la aplicación de los NFTs se está asentando en diversas industrias y demostrando que los animales de colores son solo la punta del iceberg en una nueva tendencia de activos digitales altamente eficientes y líquidos.
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